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He de reconocer que desde pequeño he sido un individuo inconformista, nunca me pareció suficiente el «mundo conocido», siempre creí que un poco más allá de donde me encontraba quizás hubiera algo o alguien interesante que podría hacerme crecer un poquito, siempre creí que en el siguiente libro descubriría otro personaje fascinante… Y así sigo creyéndolo hoy…

Hace ya unos cuantos años una compañera junior de mi despacho de abogados me invitó a abrir una cuenta en Twitter, me dijo que podía ser una nueva forma de acceder a nuevos clientes y nuevos asuntos para nuestro despacho de abogados. Nunca olvidaré la oportunidad que me ofrecía Lola al mostrarme el camino hacia el mundo de las redes sociales. Desde entonces mi relación con las redes sociales ha sido una verdadera montaña rusa

, como no puede ser de otra forma, desde aquellos primeros pasos temerosos, prudentes, a los primeros tuits, aquellas sensaciones de interacción con personas desconocidas, aquellas primeras desvirtualizaciones offline, aquellos primeros eventos, aquellas primeras charlas en publico defendiendo ser «friki», aquellos primeros troles que a mis espaldas y con infame ánimos criticaban mis actuaciones en redes sociales… Un aprendizaje lo más normal del mundo, como el de cualquier otro apasionado de cualquier materia, de cualquier rama de conocimiento y práctica social.

Aquel consejo y estas experiencias han abierto en mi vida tal cantidad de nuevas opciones personales y profesionales que no puedo dejar de mostrar aún hoy mi sorpresa ante las inmensas posibilidades que ante mi se han abierto gracias a las redes sociales. Lo habré hecho mejor o peor habré agradado más o molestado, habré acertado la mayoría de las veces, me habré equivocado no pocas veces, pero lo que creo que es indiscutible es que el uso de las redes sociales me ha dado muchísimas oportunidades personales y profesionales a lo largo de los últimos años. He conocido a personas maravillosas y ante mí se han planteado tantas opciones profesionales que sería dificil para mí siquiera enumerar la mayoría de ellas. Y ello en un tiempo en que España no ha vivido precisamente una época dorada.

La oportunidad de interrelación masiva que me han ofrecido las redes sociales difícilmente se puede alcanzar con ninguna otra fórmula, al menos de las que yo conozco. Cuando comencé mi andadura profesional en la abogacía un gurú de los de entonces (de los que vivían de su trabajo y reputación) me dijo que cuando llevase veinte años de profesión podría ser un abogado conocido en mi ciudad si hacía muy bien las cosas… Resulta curioso hoy que a través de canales como las redes sociales puedes llegar a ser conocido de inmediato a nivel mundial si llegas a tocar las teclas adecuadas (cosa que no es nada fácil, por cierto).

No pretendo convencer a nadie de nada, creo que ni siquiera pretendo justificar mi condición de «friki social» por convicción y experiencia, con este post tan sólo pretendo expresar mi opinión porque muchas veces observo a algunos amigos que critican este mundo esperando un argumento convincente para sumarse a nosotros,  ojalá a algún miedoso con ganas le sirva para dar el paso y disfrutar de este mundo de oportunidades sociales.

En mi opinión, hay tres tipos habituales de tipologías de personas/compañías que están planteándose como hacer frente a su acceso al mundo de las Redes Sociales y el Social Media: las que no tienen ningún plan pero no se quieren quedar atrás, las que se lanzarían pero tienen miedo a equivocarse y aquellas que pretenden entrar al mundo social media controlando el mensaje en modo unidireccional…

Hoy no me cabe la menor duda de que el Social Media es una fuerza disruptiva, lo que significa que pretender tener el control se convierte en algo casi imposible. Como lo que es debemos zambullirnos en la corriente con criterio, pero hay que seguir la fuerza de las olas, dejarse llevar marcando una dirección, pero sin pretender imponerse.

Mi consejo es muy claro, prudencia, observación, aprendizaje y a saltar a la piscina. No os quedéis atrás de un mundo pleno de posibilidades y oportunidades, el mundo fue, es y será de los que se atreven a aventurarse en nuevos territorios, desconocidos inicialmente pero maravillosos. No hay que tener pánico a cometer errores, todos los hemos cometido y todos los seguimos cometiendo, y no pasa nada, al menos nada que no se pueda corregir al igual que cualquier otro error de nuestra vida social.

Nuestras relaciones sociales, nuestras relaciones con los grupos con los que nos relacionamos son lo que nos hace crecer, y a su vez así nos hacemos más fuertes como individuos. Es difícil tener relaciones y crecer como individuos si el miedo a equivocarnos es más poderoso que nuestras motivaciones personales y profesionales. Somos humanos, nos equivocamos a menudo.

Como ya habréis observado no sé como podéis perder el miedo a la interaccion Social Media, pero si que estoy convencido de que si finalmente os decidís a dar el salto, disfrutaréis de un mundo muy grande que os espera a la vuelta de algunos clicks… Por cierto, esta aventura es una aventura en primera persona, no hay profesionales que puedan vivir esta experiencia por vosotros, cada individuo, cada compañía conoce inside sus emociones y mensajes a comunicar en cada momento (y os lo dice a alguien que inicialmente buscó a un Community Manager para que interviniera en redes sociales por mí).

Acabo este post dominical recordando que el mundo de las redes sociales no es un mundo virtual, no es un mundo de likes y followers, es un mundo de «carne y hueso», un mundo de personas que quedan a tomarse una cerveza, que se ayudan personalmente y que alcanzan niveles de amistad y relaciones tan compactas y consistentes como las que se inician en modo «tradicional».