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Hace 4 o 5 años descubrí el conflicto que estaba surgiendo en el centro de las ciudades entre las bicicletas y los peatones, particularmente en los centros cerrados al tráfico rodado para vehículos.

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Pude comprobar que el centro de las ciudades se había cerrado al tráfico de los vehículos rodados, se había recuperado algunas ciudades como zonas peatonales para tránsito y paseo tranquilo de los peatones. Tras muchas luchas con los vehículos los peatones y la paz habían ganado una gran batalla, se había expulsado de la ciudad a los coches y ahora los peatones podían pasear tranquilamente por una ciudad que se había transformado como consecuencia de esa peatonalización.

Pero de pronto pudimos descubrir los ciudadanos de estas ciudades que la peatonalización tenía un nuevo depredador de la paz ciudadana: algunas bicicletas que cruzaban a toda velocidad por las zonas peatonales cerradas al tráfico. Estas zonas peatonales se habían convertido en el atajo perfecto para que algunos ciclistas pudieran cruzar a sus anchas la ciudad en el menor tiempo posible y sin regulación de ningún tipo, los semáforos y las normas de circulación parecen no existir en estas zonas.

Estos ciclistas huían del peligro que para ellos supone circular por los carriles de tráfico rodado junto a otros vehículos para circular por unas zonas donde ellas no tienen competidores y donde, curiosamente, quizás sin darse cuenta, estas bicicletas se habían convertido ahora en una molestia y en un peligro para los ciudadanos peatones

Este descubrimiento no fue un descubrimiento espontáneo, ni fue un descubrimiento derivado de que yo le tenga especial manía a los urbanitas de las bicicletas, ni nada que se parezca, el descubrimiento fue debido a que mi hijo pequeño que por entonces tenía 4 o 5 años me decía que en la plaza de la catedral de Murcia (mi ciudad) en la plaza de Belluga, no podía jugar porque constantemente estaba pasando bicicletas muy rápidas que hacían peligroso la zona donde quería jugar a la pelota… Curiosa situación…

Desde ese momento y he de reconocer que sorprendido por el comentario de mi hijo pude observar y analizar la circulación de bicicletas por las zonas peatonales de la ciudad. He podido comprobar como la ciudad, las zonas peatonales, y también las mismas aceras del centro, se han convertido para los ciclistas en un magnífico y veloz atajo, en una magnífica autopista para algunos ciclistas, incluidos repartidores de mensajería en bicicleta que cruzan a toda velocidad por esos atajos sin tener en consideración a las personas que por ellas van andando.

Normas para ciclistas.- Dónde circular.- Si no hay carril bici u otra vía ciclista, debemos usar el arcén de las carreteras, pero sin exagerar: el arcén ha de ser transitable y suficiente para la circulación de bicicletas. (Una banda de un palmo de ancho, evidentemente, no lo es. Ni lo es un arcén lleno de obstáculos, vidrios, con el asfalto en mal estado, etc.) En caso contrario, usaremos la parte imprescindible de la carretera (atendiendo a los criterios que marcan nuestra propia seguridad), excepto en autovía, donde nos tenemos que ceñir siempre al arcén. No obstante, ahora tenemos derecho (excepto en autovía) a usar la parte del carril derecho que necesitemos para realizar con más seguridad y estabilidad una bajada con curvas. (Es el comienzo del derecho a existir en la vía pública.) El Reglamento General de Circulación prohibe la circulación de toda clase de vehículos por las aceras y demás zonas peatonales.

Un día tras otro he podido comprobar, y os invito a todos a fijaos, como estos ciclistas a los que me refiero no tienen reglas, van por donde les viene en gana, van por las aceras, se bajan a la carretera si el semáforo de peatones está en rojo, para subirse de nuevo a la acera cuando deciden, van rápidos por donde hay niños pequeños jugando, ni siquiera ceden el paso cuando te cruzas con ellos por las aceras, invaden cualquier zona de tránsito peatonal…

La solución es muy sencilla en mi opinión, hay que concienciar a esos ciclistas que las zonas peatonales no son carriles aptos ni siquiera autorizados para la circulación de la bicicletas, hacerles saber cual es su zona de circulación y tema resuelto. Y para el resto está la policía local que por cierto en estos momentos mira para otro lado cuando ve a las bicicletas pasar por estas zonas por las que está prohibido su circulación.

Fue así como presenté una denuncia a la Concejal de Tráfico de mi ciudad, que puntualmente me contestó comunicándome que era mi derecho de ciudadano exigir el cumplimiento de la Ley y que daba instrucciones a la policia local de la zona centro para que se hiciese cumplir la ley. No se trata de detener a nadie, yo sólo pido que inviten a los ciclistas a poner pie al suelo e ir andando hasta que lleguen a la próxima zona transitable en su vehículo.

Recuerdo igualmente que esta campaña mía a solicitud de mi hijo de 5 años coincidió con el atropello de una niña pequeña por una bicicleta en la puerta de mi oficina, justo a la salida de la niña de sus clases en el conservatorio de mi ciudad, atropello que se saldó con lesiones para la niña y su retirada en una ambulancia.  Era dantesco ver a la madre gritar al ciclista por haber atropellado a la niña, mientras aquel ciclista le decía que la niña «se le había echado encima…».

No me gusta localizar mi post, pero invito a cualquiera a situarse en la puerta del conservatorio superior de danza y arte dramático de la ciudad de Murcia a observar cuantas y a que velocidad pasan algunas bicicletas desde el callejón que que viene de la iglesia San Juan hacia y lleva hacia la Plaza del cardenal Belluga.

Creo que hemos generado una situación de hecho un poco extraña, hemos retirado los coches para mejorar el ambiente de la megaciudad, para que los peatones puedan estar en calma, para que la ciudad sea una zona transitable a pie y de paseo y esparcimiento, de juego para nuestros hijos, y a continuación hemos permitido que ese logro se vea perjudicado por algunos ciclistas egoístas que ponen en riesgo lo conseguido.

Y viene ahora cuando todos los que estáis leyendo este post podáis haber pensado que tengo una postura muy radical? Realmente creo que no es así, lo que sí que pretendo través de este post es despertar en algunos de vosotros la conciencia de lo que está ocurriendo en nuestra ciudad, la ciudad de todos con las bicicletas; no se trata de eliminar la circulación de bicicletas por la ciudad, se trata de impedir a los ciclistas circular por donde está prohibido, se trata de pedir respeto entre los ciclistas y los peatones

Tomando como argumento una más que discutible concienciación ciudadana del medio ambiente, de la sostenibilidad, se pretende por algunos ciclistas decir que con las bicicletas está haciendo mucho bien a la ciudad. Es cierto, pero será completamente cierto cuando circulen sólo por las vías autorizadas.

Es evidente que prefiero que sea con una bicicleta la que circule por mi ciudad a que circule un vehículo de alta cilindrada; es evidente que prefiero también ver circular por mi ciudad una motocicleta de 50 cm³ que una motocicleta de 1000 cm³, y es evidente también que prefiero ver circular un pequeño coche eléctrico por mi ciudad a una gran berlina de 5000 cm³ de cilindrada con una persona sola al volante. Pero todo ello no implica, ni puede significar, ni creo que nadie pueda defender que el vehículo eléctrico o el ciclomotor de 50 cm³ puedan cruzar zonas peatonales de la ciudad para cruzar a velocidad zonas donde niños juegan a la pelota.

Si los ciclistas quieren circular por las zonas peatonales que propongan una iniciativa legalmente y que obtengan una modificación de la ley vigente en la que se establezca otro sistema distinto al actual, y entonces asumiremos ese nuevo sistema.

Últimamente podemos comprobar que vivimos en un sistema que nada tiene que ver con la democracia, vivimos en un sistema en el que todos hemos aprendido a cargarnos de razones individualistas y egoístas que pretendemos imponer al resto de la comunidad por el sólo hecho de que a nosotros nos parecen adecuadas y mejores que las vigentes. Y me temo que eso está pasando un poco también con estos ciclistas, que tomando como argumento que son vehículos no contaminantes pretenden querer disponer de salvoconducto para saltarse las normas de circulación

Y esas no son las reglas del juego, por mucho que yo me crea con la razón y por mucho que yo crea que por ser conductor de una bicicleta no hago daño a nadie, es la ley la que ha decidido cuál es el sitio porque deben circular las bicicletas, y hasta que no se cambie esa ley hay que respetarla.

Que conste que soy el primero al que le encantaría poder disfrutar de un paseo en bicicleta a través de un carril bici para desplazarme por mi ciudad de un lado a otro, pero la realidad es otra, la realidad es que no puedo molestar a mi comunidad, no puedo molestar a las personas que van por las aceras y por las zonas de peatones por mi propia y única voluntad, por mi propia comodidad por mucho que no contamine con mi bicicleta

Y que conste que me encantan las bicicletas, y me encanta que se usen por los carriles autorizados, y soy de los que doy máxima prioridad a los ciclistas cuando conduzco mi coche o mi moto,  y desde aquí animo a todos los ciudadanos a ir dejando los coches y consiguiendo que las bicicletas sean compatibles con la circulación ciudadana, pero con unas normas adecuadas que nos permitan al respeto de los viandantes.

Por cierto, si usted es un ciclista respetuoso con las normas y con las normas de circulación mi felicitación y agradecimiento personal porque está usted contribuyendo a que su ciudad sea una ciudad donde cada día se viva un poquito mejor. Y vaya el saludo de mi hijo menor, que hoy con casi 11 años es un enamorado de su bicicleta, a pesar de que sigue sin entender porqué dejan circular a algunos ciclistas por zonas prohibidas.

Como siempre esta es sólo una opinión personal. Estaré encantado de conocer la tuya a través de los comentarios a este post. Gracias.